Un duro enfrentamiento verbal entre la mediática Yiddá Eslava y Janet Barboza por una información, supuestamente filtrada sin autorización en el programa “América Hoy”, puso sobre el tapete el llamado “off the record”. En esa vieja, pero vigente práctica periodística, el entrevistado le advierte al periodista que lo que le está revelando es confidencial, no puede comentarse, ni publicarse, y menos atribuir a la fuente una información que tiene que mantenerse bajo siete llaves. Ante este requerimiento, siempre el profesional de la comunicación debe cumplir con el pedido, por una cuestión de ética profesional.

La polémica entre Eslava y los integrantes del magacín de América continuará, respecto a si tenía el programa el  derecho de difundir mensajes privados, pero lo que hay que reflexionar es que en tiempos de redes y plataformas, es mejor compartir tu vida  con menos entusiasmo. Hoy,  estamos en medio de una vorágine de exceso de información que comparten los mismos protagonistas de la noticia y empieza a desaparecer el límite entre lo que “te comparto para que lo difundas, lo subas a tus redes y lo comentes en tu programa”, entre lo que “no debes tomar en cuenta, ignorar, silenciar, porque no me conviene”.

Las figuras del mundo del entretenimiento deberían entender que es mejor reservar a los conductos legales respectivos,  los delicados conflictos por los que están pasando y que la justicia debe resolver, y no usar a los medios o redes para ventilar sus problemas para que todos se sientan luego, con el derecho de opinar sobre sus vidas. “En boca cerrada no entran moscas”, reza un viejo dicho, y que mejor que aplicarlo para no seguir agravando problemas y afectando  la imagen de conocidas figuras artísticas. Y  además, hay que recordarle a Yiddá Eslava y a sus colegas, que  claro, se puede llegar a ser amiga de un periodista, pero lo pondrás a prueba cuando le reveles asuntos que podrían ser la noticia del día, y luego te lleves una buena o mala experiencia. La prudencia es un valor que no se debería descartar, nadie te obliga a contar tu vida en redes y a la prensa, siempre habrá una alternativa para compartir lo que el público exige, no  hay que olvidarlo.