ESPASA acaba de publicar un libro póstumo de Joaquín Navarro Valls titulado “Mis años con Juan Pablo II. Notas personales”.  Navarro Valls, fallecido en 2017, ex director de prensa del Vaticano, nos deja en estas notas prolijamente escritas durante veinte dos años un testimonio de primera mano sobre el pontificado del papa Wojtyla, un periodo de lucha muy particular para esa Iglesia que navega en el mar de la historia. Testigo privilegiado, Navarro Valls recoge las impresiones de su trabajo al lado del papa, legándonos un documento imprescindible para comprender los entresijos del pensamiento de Juan Pablo II, un santo que estuvo a la altura de su tiempo conduciendo el timón de la Iglesia con mano firme, sin apartarse de la fe.

Pienso en el liderazgo fuerte del papa polaco, acostumbrado a desafiar los convencionalismos del mundo y las formas de su tiempo. Recuerdo, por ejemplo, la clarísima demostración de ortodoxia que tuvo cuando se encontró frente a frente con Ernesto Cardenal, llamándole al orden sin respetos humanos y no puedo olvidar su postura en torno a la teología de la liberación que tanta confusión causó en Latinoamérica y en el mundo. Supongo que los defensores del pensamiento débil siempre verán en Juan Pablo II a un papa radical, pero lo cierto es que bajo su pontificado todo lo que se tenía que decir se dijo y todo lo que se tenía que defender se defendió.

¿Alejó su claridad a los jóvenes? No, por el contrario, al sentirse interpelados por el mensaje del papa, miles de jóvenes supieron responder con generosidad. He aquí una muestra más de cómo la claridad invita a la lucha. El papa siempre lo supo y actuó en consecuencia.




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