El pianista compositor Luis Neves radica en Nueva York, Estados Unidos. Foto: Leonardo Cuito.
El pianista compositor Luis Neves radica en Nueva York, Estados Unidos. Foto: Leonardo Cuito.

A sus 92 años, Luis Neves, pianista, compositor y arreglista contemporáneo, goza de una lucidez envidiable y de una trayectoria musical que lo ha llevado a codearse con grandes exponentes de la música internacional como Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Chabuca Granda o Tito Puente.

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En la actualidad, Neves reside en Nueva York, Estados Unidos, donde goza de gran popularidad debido a su maratónica trayectoria que lo ha llevado hasta los estudios de Hollywood, sin embargo, el pianista nunca olvidó su querida Arequipa que lo vio nacer y crecer hasta que decidió seguir su propio rumbo fuera del país.

Coincidiendo con su visita a la Ciudad Blanca, Correo conversó con el maestro Neves sobre su vida, formación y obra.

¿Usted es lo que los expertos llaman un “oído absoluto”? Sí, desde chico siempre tuve la habilidad de reconocer notas musicales solo escuchándolas, por ejemplo, puedo saber en qué nota canta una ave o suena el claxon de un vehículo. Así fue como, casualmente, ingresé a aprender a tocar piano en el Conservatorio de Música de Arequipa con el maestro ruso Alexander Koseleff, que vendría a ser mi padre en el ámbito musical.

¿Pero el talento musical lo heredó previamente de su familia? Sí, en casa todos mis hermanos tocaban la guitarra. Mi padre nos enseñó a tocar este instrumento, porque aún no tenía piano, y así fue como ingresé a la música a través de boleros y mambos. Más adelante, a los 14 años, empecé a tomar temas de moda con una banda de amigos que se llamaba Los Chicos del Ritmo.

¿Qué pasó al salir del conservatorio? Por algunas cuestiones propias decidí viajar a Argentina, a la edad de 19 años, para probar suerte con la música, allí me nutrí de diferentes perspectivas musicales e hice grandes amigos. En ese país llegué a hacer arreglos musicales de todos los festivales de Europa, a través de RCA Víctor, que estaba ligado a Julio Kor y también a Columbia Pictures, para la que también empecé a hacer arreglos musicales. Fue una época muy fructífera. En realidad, pase 19 años en Argentina.

¿Usted tenía un club nocturno allí? Sí, el Black and Black, donde tocábamos sobre todo jazz. Allí conocí a  Byne Mitchell, un pianista y representante estadounidense que traía a grandes orquestas de ese país en gira por Latinoamérica. Fue así que, en una de esas giras, Louis Armstrong llegó a mi club junto a Ella Fitzgerald. Su llegada fue un suceso que repercutió en toda la prensa argentina. Tiempo después, el propio Armstrong me contactaría para tocar con él como pianista en la Embajada de Estados Unidos en Argentina. Fue una experiencia inolvidable.

¿También compuso música para películas de Hollywood? Sí, trabajé en la partitura de tres película, la más representativa fue sobre la vida de Humphrey Bogart, recordado protagonista de la película Casablanca, proyecto que se realizó para la Twenty Century Fox y en la que yo compuse la partitura.

¿Luego dio el salto a Nueva York? Sí, aquí establecí mi carrera después de mi paso por Argentina, al igual que mi familia. Sigo trabajando a pesar de mi edad y cuento con la ciudadanía estadounidense.

Al principio ingresé al país sin papeles, pero el tiempo y me dedicación recompensó mi trabajo y hasta el mismo gobierno estadounidense me reconoció como uno de los suyos cuando gané concursos de música internacionales para ellos.

También abrí otro club nocturno en Manhatan, El Cóndor Pasa, donde Mario Vargas Llosa era un asiduo visitante. Los tiempos han cambiado durante los últimos años, pero siempre es bueno reecontrarse con la tierra que nos vio partir para reconocer quiénes somos.