El SíseVe, sistema en línea para reportar casos de violencia escolar, tiene un lado dañino al requerir que todo incidente de violencia o acoso escolar sea reportado, sin importar el contexto o la gravedad. Incidentes menores, que podrían ser manejados de manera más efectiva y discreta a nivel escolar, se exponen al escrutinio público, involucrando testigos y padres con el riesgo de estigmatizar a los involucrados. Además, el protocolo no hace distinción entre edades. Un niño de 5 años que toca los genitales de otro niño debe ser registrado como acosador, por si un padre lo denuncia, y se le trata igual que si fuera adolescente.

Por lo demás sabemos de la falta de privacidad digital en Perú lo que hace que los registros confidenciales del SíseVe podrían ser accesibles públicamente, y esas denuncias aparecerán en sus historias personales una vez que como adultos busquen becas, visas o empleo.

También es preocupante que el sistema estimula anotar todas las denuncias y no permita la eliminación de las falsas por temor a la sanción de la UGEL o INDECOPI por si algún padre lo denuncia. Todo ello reduce el margen de maniobra de las escuelas para manejar los casos de manera discreta y pedagógica. Al involucrar a los padres en posibles cargos y descargos se aumenta la publicidad de los incidentes, exacerbando el estigma del alumno denunciado y llevando a disputas legales o conflictos entre las familias y las instituciones educativas.

Debe revisarse y ajustar los protocolos del SíseVe para darle el margen de maniobra a la escuela y evitar causarles daño a nuestros niños y adolescentes.