En repetidas ocasiones, la presidenta Dina Boluarte ha afirmado tener las manos limpias, respaldando su declaración con el conocido dicho de que “quien no la debe, no la teme”. En consecuencia, se comprometió a proporcionar al Ministerio Público todas las explicaciones pertinentes sobre sus relojes Rolex. Incluso, sus ministros aseguraron que su silencio ante la opinión pública se debía a su disposición para rendir cuentas ante la Fiscalía. Sin embargo, la realidad pinta un panorama diferente. La frustración de las investigaciones y el incumplimiento de las diligencias bajo el pretexto de una “agenda recargada” contradicen estas afirmaciones.

Aunque Dina Boluarte afirmó no tener nada que ocultar, la realidad parece sugerir lo contrario. El rechazo a recibir a los fiscales para explicar la procedencia de sus Rolex es un asunto grave. No solo interfiere en las investigaciones, sino que también envía un mensaje de desafío a las instituciones de justicia. Es crucial que cumpla con la reprogramación del interrogatorio establecida por la Fiscalía y que ofrezca una declaración completa y veraz. La falta de transparencia de la presidenta solo contribuye a la inestabilidad del Gobierno.

Es hora de cumplir con lo prometido. Evitar las investigaciones fiscales solo sirve para aumentar la desconfianza de la población hacia sus gobernantes. La transparencia y la responsabilidad son fundamentales para mantener la confianza en la integridad del Gobierno.

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