El alumno que se metió en un problema amenaza al profesor: si no haces lo que yo quiero, voy a traer a mi mamá para que ladre y haga lío en el colegio…

Una pregunta crucial que padres sobreprotectores deben hacerse es si están ayudando a sus hijos a construir herramientas de resiliencia o si se lo impiden sobreprotegiéndolos, convirtiéndose ellos en una herramienta de protección al servicio de sus hijos… hasta que los abrume la sensación de angustia, depresión e incompetencia por sentirse incapaces de enfrentar por sí mismos los desafíos de la vida. El costo emocional posterior de estas dificultades para afrontar adversidades y gestionar sus emociones puede ocasionar serios daños a su salud mental. Todo lo que frene su capacidad de afrontamiento y construcción de una autoestima basada en la confianza en sí mismos les jugará en contra.

Imaginemos a manera de analogía a una mariposa que necesita luchar para salir de su capullo.

Esta lucha es lo que le permite desarrollar la fuerza que necesita para volar. Si alguien interviene y abre el capullo por ella, la mariposa no desarrollará la fuerza necesaria y nunca será capaz de volar.

Los niños que han sido sobreprotegidos pueden llegar a creer que no son capaces de hacer nada por sí mismos, lo que puede dañar su autoestima y causar ansiedad y depresión

La educación debe enfocarse en enseñar a los niños a gestionar sus emociones, establecer límites y construir su propia autonomía, para que puedan convertirse en adultos resilientes y capaces de enfrentar las adversidades que les depare el futuro.



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